Entre las nueve de la mañana y las dos de la tarde, tal vez se cuenten por miles los peatones que transitan por la calle en la que Miguel ha aparcado su motocicleta. ¿Cuántos se han percatado de que del contacto de la Piaggio cuelga un llavero con un manojo de llaves? ¿Alguna vez has tenido un despiste como el de Miguel?
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Sobre las 14 horas, el dueño del vehículo hace acto de presencia. La expresión de su cara se relaja al ver que su moto sigue en su sitio. Ha tenido suerte: alguien le ha dejado una nota en el sillín con las instrucciones para recuperar su manojo con la llave de la moto, de su piso y de una casa de campo. Respira aliviado.
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– No es la primera vez que me pasa- reconoce-. Y he tenido suerte, esto es como dejar la puerta de casa abierta de par en par. No me di cuenta hasta ahora, hasta que salí de trabajar.
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La Piaggio, de 125 centímetros cúbicos, tiene seis meses. Bien dice Miguel que ha tenido suerte: si alguien se hubiese llevado su moto estaríamos ante un hurto y no un robo. La diferencia fundamental radica en el empleo de la violencia o de la fuerza por parte de quien sustrae un bien a una víctima.
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Si tienes tendencia a despistarte con las llaves de la moto, puede ser de interés que establezcas una rutina y que la sigas puntualmente tras aparcar. Por ejemplo: estacionar, sacar las llaves del contacto, colocar el candado y, sacarte el casco para guardarlo debajo del sillín (en una maleta si es tu caso) o llevártelo y, completado el proceso, guardar el llavero. También puedes establecer unos pasos fijos antes de arrancar, para no olvidar que usas un sistema de bloqueo de ruedas (entra dentro de la normalidad olvidarse de retirar el candado, encender la motocicleta y sufrir una caída).
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¿En alguna ocasión te has dejado las llaves en el contacto? ¿Llevas en el mismo llavero la que arranca la moto y la del candado? ¡A veces todas las precauciones parecen pocas!